Raúl Vegas Morales / Publicado en "La Calle" (04-09-12)
La política Regional se ha
convertido en un sainete. Un circo que cuenta con monos trapecistas, alimañas
de confianza, malabaristas que fungen de periodistas y un payaso mayor que trata de ser hilarante.
De no ser por la gravedad de los hechos sería para la risa.
Cuando se eligió al considerado
mal menor como presidente regional de Ayacucho nadie preveía una gestión tan
desastrosa. Por tal motivo, algunos líderes de izquierda, aunque a título personal,
apoyaron su candidatura que hasta contó con ediciones especiales del diario La
Primera para Ayacucho. La decepción no tardó en llegar y ahora pensamos que
quizás ni Rofilio lo hubiera hecho peor.
Como primera gran acción, en
gesto impositivo, con la complicidad de un sector de médicos que formaron parte
del ruedo, se demolió la infraestructura del hospital con el fin de
“remodelarlo”, cuando desde la campaña electoral había sido advertido de las
deficiencias del estudio técnico y recomendado de que existiendo una partida
presupuestal significativa era mejor realizar una nueva infraestructura en otro
terreno dejando las instalaciones del hospital como otra alternativa de
atención. Se iniciaba así la función sin el aplauso del público.
Luego siguieron los escándalos
por nepotismo y falta de capacidad para rodearse de profesionales probos. El
incapaz con poder siempre se sentirá inclinado a buscar gente de su nivel para
que pueda controlarla. Los monos comenzaron a saltar de cuerda en cuerda, de
gerencias a asesorías y de asesorías a gerencias.
Pero la falta de capacidad de
gobierno no se contradice con la viveza criolla de la que hacen gala los
políticos, así el presidente recién electo, rápidamente realizó alianzas
indirectas: Primero buscó a algunos periodistas de relativa sintonía para
jalarlos a su argolla y neutralizarlos de ese modo. Con eso creyó ganarse el
silencio cómplice, cuando no la adulación de la prensa. Siempre hay peces
hambrientos que caen en el anzuelo, como que cayeron y hasta ahora siguen
haciendo de malabaristas del circo para darle interpretaciones auténticas a una
gestión desastrosa.
Luego vino el regalo de relojes
en conversaciones privadas y bien regadas de botellas de whisky en altas
esferas judiciales, denuncia que nunca fue desmentida. Esto le serviría como
coraza protectora en las denuncias y los juicios que ya preveía, después
llegaron como complemento las condecoraciones que son una suerte de
compadrazgo, en este caso, para la impunidad. Era la astucia del zorro en plena
función.
Cuando declaró emergencia vial
para comprar maquinaria pesada con el fin de ejecutar presupuesto -no gastado
por incapacidad- con el aval del Consejo Regional y funcionarios de su entorno,
se desnudó la impunidad descubriendo vergonzosamente a las alimañas y su
angurria. Parásitos adheridos para chupar la sangre del gobierno regional
mediante ventosas pagadas por el PNUD.
Con lo que no contó Wilfredo es
con que no se puede comprar ni engañar a todos, que no se puede copar a toda la
prensa por que el dinero no compra todo, que hay dignidades que siempre estarán
dispuestas a buscar la verdad en resguardo de la moral del pueblo y de sus
intereses afectados. No es que haya una prensa está en contra de él, lo que hay
es una prensa independiente que no se ha vendido, que no ha presentado factura
a los cheques ofrecidos para silenciarla.
No puedo predecir cómo terminará
este gobierno de escándalo, lo que sé es que Oscorima camina por la cuerda
floja, que soplan vientos fuertes que lo van haciendo tambalear, que en
cualquier momento puede perder el equilibrio y que debajo no hay malla
protectora. La caída puede ser estrepitosa.
Por eso, al verlo llorar y
sonarse las narices sobre pañuelo prestado en imágenes inmortalizadas por el
programa Cuarto Poder del canal 4, me recordé de los saurios que lloran
mientras devoran a su víctima y cómo no, de la vieja rumba de “Los Compadres”
de Cuba que en algún momento también cantaron “Se va el Caimán….”
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