Ante la enorme presencia
informativa y de opiniones diversas respecto a los veinte años de la captura de
Abimael Guzmán Reynoso, los nueve años de la presentación del Informe Final de
la Comisión de la Verdad y Reconciliación
(CVR) además de los diferentes sucesos relacionados
con el VRAEM; huelgan comentarios ante la disparidad y polarización de
enfoques respecto a temas como la
concertación, amnistía, indulto y perdón que “suena” muy bonito cuando de por
medio interviene la demagogia dicharachera enfrentada a la - otra cara de la
moneda- LA REALIDAD SOCIAL PERUANA.
Y es justamente esa cara inversa
de la moneda la que pareciera confundir PERDÓN Y OLVIDO con PERDÓN E IMPUNIDAD…
¿no es acaso común que las sociedades históricamente establecidas bajo
conceptos moralistas y éticos aparentemente, sean las primeras en “perdonar”
bajo el velo de la impunidad?...¿acaso resulta inverosímil las leyes de
amnistía latinoamericanas envueltas en velos macabros de asesinatos,
desapariciones forzadas y acciones de lesa humanidad?...realmente es asombroso
e increíble esa especie de “facilismo” social al descubrir – de cómo políticos,
religiosos y analistas sociales- se hayan convertido últimamente en
piadosos castos de pecado y hasta
santificados hombre tras la búsqueda del perdón.
Perdón?...no importa si
perdonamos a quienes pasean impunes y campantes luego de haber asesinado a
decenas de campesinos en Huanta bajo el seudónimo de “Comandante Camiòn”, no
importa si perdonamos a quienes se jactaban por la cantidad de “cholos”
“indios” y “serranos” que mataban bajo la sombra de la impunidad que una débil
democracia permitía y hasta avalaba descaradamente…perdón? perdonar al que aún
busca a sus muertos en fosas comunes enterradas por el olvido y el clásico
–borrón y cuenta nueva?.
Resulta paradójico escuchar las
frases bíblicas relacionadas con el perdón y a cuanto orador apasionado busca
algún provecho en nombre de las indulgencias ajenas, cuando muchas -mamás angélicas- aún claman justicia, cuando victimas y
victimarios aun se ven con recelos mal disimulados…cuando las heridas siguen
abiertas y el perdón se convierte en el acto más hipócrita del hombre que
abraza a otro hombre, cuando la impunidad viene vestida de blanco con la marca
“perdón” y dentro de sí el luto que atiborra corazones inocentes; cuando tirios
y troyanos hablan de paz y reconciliación bajo una atmosfera que aún huele a
pólvora bajo ideologías trasnochadas en lugares como el VRAEM, cuando el abuso
perdona al asesino y este se vanagloria por las muertes compartidas de quienes
aún yacen bajo tierra…vaya perdón no?
LUIS LEDESMA ESTRADA - En "Periscopio Periodístico" - 14/09/12
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