Con márgenes de excepción
establecidos por diferentes gestiones referentes a indistintos programas
sociales que casi siempre han acompañado a Gobiernos de toda tendencia en
nuestro país, es necesario incidir que si hay algo que no cambia en tal sentido
es ese FALSO PATERNALISMO que mucha gente “alimenta” en el -día a día
politiquero-, es esa innegable CAJA CHICA en que se convierten muchos programas
sociales a la postre BOTÍN DE “FACTURAS” POLÍTICAS con falsos slogans de
desarrollos y “eficacias” imprecisas.
No existen programas sociales que
no contengan y estén sujetos a esa infaltable –mano política- que DECIDE desde
relucientes oficinas por demás centralistas, pues, todo un aparato reflejado
desde Lima y con profesionales capitalinos no termina de entender LAS DISTINTAS
REALIDADES EN CADA RINCÓN DEL PAÍS…nos atiborran de profesionales que sin ser
quechua hablantes ni conocer una pizca de nuestra realidad, no se cansan en
repetirnos que la pobreza ya es historia en el Perú, que el analfabetismo ya no
existe en el país, que todos somos emprendedores y que nuestra nación es y
será el paraíso hoy mañana y siempre.
Entonces crecen las dudas y vacilaciones entre quienes vienen escuchando tanta
“maravilla” junta desde gobiernos pasados y presentes cuando en realidad muchas
veces solo los nombres de los proyectos “suenan” optimistas aunque alejadas de
cada realidad peruana.
Sería interesante saber cuántos –programas
sociales- en realidad fueron gestionados desde una visión eminentemente
profesional y técnico, cuántos programas sociales se alejaron de esa maligna y
dañina sombra politiquera donde muchas veces el carnet político pesa mucho más
que un título universitario y el padrinazgo recomienda ignorantes para
ocupar puestos de gran
responsabilidad…ese es el Perú del descrédito y la fanfarria infame que aplaude
al mediocre y castiga con sueldos de hambre al que realmente produce, el Perú
que con sus programas sociales quebró instituciones como el Banco de
Materiales, el Pronaa y decenas de “proyectos” para acabar con la pobreza y el
analfabetismo…¿cuándo señores?.
No existen programas sociales que
puedan siquiera disimular su apego al gobernante de turno, es una especie de
tara política y social que aplaude las metas sin siquiera haber llegado a una
cuarta parte de su objetivo final, es disponer de recursos estatales para
recibir palmas y hurras sin que hayan metas cubiertas en cada gobierno; es
complacer con arcas abiertas a quienes se pusieron la camiseta del gobierno de
turno, es multiplicar el asistencialismo aunque no se garantice la continuidad
de un determinado proyecto o programa social…es seguir esa senda populachera
idiotizada por algunos soles que hoy aplauden al líder y mañana no temerán en
enviarlo al cadalso cuando no sea más poder político.
LUIS LEDESMA ESTRADA ( Diario Judicial "La Voz" - Periscopio Periodístico)
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