No solo se trata
de analizar el panorama político cuando asumimos últimamente una fricción
entendible entre la ignorancia ciudadana
frente a la abundancia económica que satura conciencias...en buen
cristiano; el claro aprovechamiento de la ignorancia de la gente a cambio de
dádivas desde manos llenas de dinero que sale a raudales por votos
oscurantistas que vomitan sobre la democracia.
Y es que, la
ignorancia es ilimitada y hasta
reforzada por acciones irresponsables que buscan "pagos" y
retribuciones a cambio del voto ciudadano...porque ser ignorantes es ser parte
de una manada, de un rebaño o piara
dispuesta a seguir un líder de
cartón...un tropel u horda que no piensa en las consecuencias de líderes grises
y anodinos envueltos en la insignificancia cultural e intelectual.
Ser ignorantes
en política es perdonable pero ser ignorantes por convicción ciega y estúpida
es imperdonable...no olvidemos que, como ciudadanos tenemos la obligación moral
de saber nuestros derechos y obligaciones, de comparar planes de gobierno y
alternativas de gobierno; de ser miembros dignos de una comunidad pensante, y
no, parte de un tropel idiotizado por el dinero y la abundancia.
La abundancia
tampoco es mala cuando no está dirigida a comprar conciencias, cuando está
avocada a paliar la pobreza...cuando es fruto de esfuerzo y trabajo sin esperar
la limosna del que tiene de sobra y nos pide seguir siendo babosos frente a realidades indignantes; la
abundancia se enfrenta a la ignorancia cuando suele "comprar" y "alquilar"
conciencias a cambio del voto pueril e irresponsable.
LUIS LEDESMA
ESTRADA en "Correo" ( 18-08-14 )
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