Existe un tema pendiente
periodístico que enfrenta diferentes corrientes de opinión, un aspecto
controversial que ha marcado por ejemplo, cercanías entre la prensa y el poder
político, un tema que vuelve a establecer controversiales posiciones de –¿cuándo
la publicidad coacciona y hasta
vilipendia la libertad de prensa?-.
Si bien es cierto no es un delito
tipificado el compartir espacios publicitarios a través de los diferentes
medios de comunicación social, tampoco el ejercicio publicista deberá confundir
la labor periodística con la labor de relacionista público donde la crítica y
observancia ciudadana se conviertan en claras acciones de adulación y coacción
institucional.
La publicidad deberá estar alejada
de –conveniencias de opinión e información manipulada- y tendrá una amplia
libertad hacia la crítica fundada en efectos veraces, sobre todo en el rol
político y bajo una respuesta evidentemente ética y deontológica…cuando se
pierde este principio se perderá el baluarte de credibilidad.
No se trata de publicar nombres
ni enviar al cadalso a quienes hayan visto multiplicar sus ingresos en el rubro
de publicidad, se trata de medir reflejos de credibilidad sin caer en
apasionamientos y ojerizas personales; se trata de no propasar el umbral que
separa la publicidad de la labor eminentemente periodística.
LUIS LEDESMA ESTRADA - En "Periscopio Periodístico" ( Diario "Correo" 28-03-14)
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